Chile, gracias a su geografía, es un país que tiene la peculiaridad de representar un dilema que corre y se extiende a nivel mundial. El dilema al que nos enfrentamos es qué tipo de sociedad queremos para el mañana y cómo vamos a sostener energéticamente dicha sociedad.
Los proyectos de obtención de energía (hidroeléctricos, p. ej.), tanto para abastecer a poblaciones como a la industria minera, generan cada vez mayor rechazo entre la ciudadanía, por sus impactos ambientales y sociales. Es en esta encrucijada donde merece la pena dedicar esfuerzos para dilucidar si es la energía geotérmica una de las energías destinadas a permitir que la sociedad Chilena futura viva al calor de la Madre Tierra.
Energía geotérmica hay en todo el planeta. A medida que profundizamos hacia el interior de la Tierra la temperatura aumenta siguiendo un gradiente aproximado de entre 20 y 30 °C/Km de profundidad. Pero hay lugares donde el contexto geológico hace que este gradiente sea mucho mayor.
Así sucede en Chile, donde uno puede encontrar hasta 10 veces el valor del gradiente mencionado.